Ser madre, trabajar fuera de casa y además tener tiempo para poder tejer algún amigurumi de vez en cuando, no es fácil. Pero tener un blog, no sé cuantas redes sociales y participar activamente (o al menos intentarlo) en todas ellas ya si que parece una misión imposible, casi, casi...
No os creáis por esto que yo soy una super-mamá, o una super-logopeda y mucho menos una super-tejedora lo que pasa es que todo lo que hago intento hacerlo con el corazón y es precisamente ese amor por el crochet, lo que me hace sacar tiempo de donde no lo tengo para tejer, dormirme con la aguja en la mano la mayoría de las veces y disfrutar como una niña pequeña cuando por fin veo terminado uno de mis amigurumis.
No hay recetas mágicas para llevar una casa, un trabajo (que también me encanta por cierto), dos niños y mi mundo tejeril (como yo lo llamo) adelante, sin perder la cabeza en el intento. Sólo disfrutar con lo que haces y ponerle pasión al asunto. Cuando la gente me dice ¿de dónde sacas el tiempo para tejer, trabajando, con los niños...? pues ni yo misma lo sé, aprovechando cualquier momento libre que tengo, porque cualquier momento es bueno si se trata de tejer... y no importa si las demás tejedoras hacen 20 amigurumis mientras yo trato de terminar el mío con el que llevo semanas, lo importante es que lo termino y disfruto como la que más al ver terminado uno de mis niños (porque parecen casi hijos míos cuando los termino) y compartirlo con todos vosotros hace aumentar para mí, el valor de lo que hago. Tampoco importa si hago un solo post, mientras que el resto llena su blog con cientos, lo que intento es hacer cosas bonitas y mostrároslas. Así de sencillo, yo intento ir a mi ritmo y no agobiarme intendando publicar todo el rato, si no tengo algo bonito que mostrar no lo hago y trabajo duramente (dentro de mis posibilidades) para mostrar cuanto antes algo de calidad.
Mi abuela tejía con dos agujas, tejía compulsivamente, a todas horas... yo siempre la recuerdo con las agujas en las manos. Sin embargo no sabía hacer ganchillo, me enseñó a hacer punto de cruz,a tejer con dos agujas (nunca me ha gustado especialmente), a bordar... la pasión por todo lo hecho a mano me viene de ella. Sin embargo no sabía hacer ganchillo... y yo siempre tuve el gusanillo ese de aprender. Mi madre sabía un poquito e intentó enseñarme de niña, pero no hubo manera... ni ella tuvo la paciencia, ni yo la dedicación que se necesita... Y siempre tuve esa espinita clavada de no saber hacer ganchillo, hasta que un día me propuse con todas mis fuerzas aprender sí o sí. Y fue precisamente mirando vídeos en internet donde aprendí. No sin que me costara mi esfuerzo... y sin estar a punto de dejarlo más de una vez... pero el que la sigue la consigue y yo soy muy cabezona, así que al final lo conseguí. Y menos mal porque terminé fascinada con las preciosidades que se pueden crear a crochet. Me doy las gracias a mi misma por mi dedicación y mi paciencia que me ayudaron a aprender y descubrir este mundo tejeril que ahora me llena por completo.
Mi gran pasión ahora es diseñar mis propios amigurumis, eso de seguir un patrón y tejerlo estaba bien al principio, pero tengo que reconocer que ahora ya no me llena, lo mío es diseñar. Crear mis propios diseños, mis propios amigurumis, que sean míos y de nadie más.
Mientras tejo mis diseños me siento como si estuviera dibujando con hilo y agujas, de hecho casi siempre los dibujo primero (menos cuando son muy sencillos) y cuando por fin lo termino es como si hubiera terminado de pintar un lienzo en blanco. Hay "cuadros" que me quedan más bonitos que otros, pero todos ellos los "pinto" con cariño. Por eso la mayoría de amigurumis que encontraréis en el blog son diseños propios, y en el caso de no serlo siempre aparecerá mencionado su autor.
Lo dicho que mi gran secreto para tejer es hacerlo con cariño y con pasión, solo haciéndolo de esta manera hoy puedo estar aquí compartiendo mis trabajos con todos vosotros y dándoos las gracias por leer este "pedacito" de mi. Gracias.
No os creáis por esto que yo soy una super-mamá, o una super-logopeda y mucho menos una super-tejedora lo que pasa es que todo lo que hago intento hacerlo con el corazón y es precisamente ese amor por el crochet, lo que me hace sacar tiempo de donde no lo tengo para tejer, dormirme con la aguja en la mano la mayoría de las veces y disfrutar como una niña pequeña cuando por fin veo terminado uno de mis amigurumis.
No hay recetas mágicas para llevar una casa, un trabajo (que también me encanta por cierto), dos niños y mi mundo tejeril (como yo lo llamo) adelante, sin perder la cabeza en el intento. Sólo disfrutar con lo que haces y ponerle pasión al asunto. Cuando la gente me dice ¿de dónde sacas el tiempo para tejer, trabajando, con los niños...? pues ni yo misma lo sé, aprovechando cualquier momento libre que tengo, porque cualquier momento es bueno si se trata de tejer... y no importa si las demás tejedoras hacen 20 amigurumis mientras yo trato de terminar el mío con el que llevo semanas, lo importante es que lo termino y disfruto como la que más al ver terminado uno de mis niños (porque parecen casi hijos míos cuando los termino) y compartirlo con todos vosotros hace aumentar para mí, el valor de lo que hago. Tampoco importa si hago un solo post, mientras que el resto llena su blog con cientos, lo que intento es hacer cosas bonitas y mostrároslas. Así de sencillo, yo intento ir a mi ritmo y no agobiarme intendando publicar todo el rato, si no tengo algo bonito que mostrar no lo hago y trabajo duramente (dentro de mis posibilidades) para mostrar cuanto antes algo de calidad.
Mi abuela tejía con dos agujas, tejía compulsivamente, a todas horas... yo siempre la recuerdo con las agujas en las manos. Sin embargo no sabía hacer ganchillo, me enseñó a hacer punto de cruz,a tejer con dos agujas (nunca me ha gustado especialmente), a bordar... la pasión por todo lo hecho a mano me viene de ella. Sin embargo no sabía hacer ganchillo... y yo siempre tuve el gusanillo ese de aprender. Mi madre sabía un poquito e intentó enseñarme de niña, pero no hubo manera... ni ella tuvo la paciencia, ni yo la dedicación que se necesita... Y siempre tuve esa espinita clavada de no saber hacer ganchillo, hasta que un día me propuse con todas mis fuerzas aprender sí o sí. Y fue precisamente mirando vídeos en internet donde aprendí. No sin que me costara mi esfuerzo... y sin estar a punto de dejarlo más de una vez... pero el que la sigue la consigue y yo soy muy cabezona, así que al final lo conseguí. Y menos mal porque terminé fascinada con las preciosidades que se pueden crear a crochet. Me doy las gracias a mi misma por mi dedicación y mi paciencia que me ayudaron a aprender y descubrir este mundo tejeril que ahora me llena por completo.
Mi gran pasión ahora es diseñar mis propios amigurumis, eso de seguir un patrón y tejerlo estaba bien al principio, pero tengo que reconocer que ahora ya no me llena, lo mío es diseñar. Crear mis propios diseños, mis propios amigurumis, que sean míos y de nadie más.
Mientras tejo mis diseños me siento como si estuviera dibujando con hilo y agujas, de hecho casi siempre los dibujo primero (menos cuando son muy sencillos) y cuando por fin lo termino es como si hubiera terminado de pintar un lienzo en blanco. Hay "cuadros" que me quedan más bonitos que otros, pero todos ellos los "pinto" con cariño. Por eso la mayoría de amigurumis que encontraréis en el blog son diseños propios, y en el caso de no serlo siempre aparecerá mencionado su autor.
Lo dicho que mi gran secreto para tejer es hacerlo con cariño y con pasión, solo haciéndolo de esta manera hoy puedo estar aquí compartiendo mis trabajos con todos vosotros y dándoos las gracias por leer este "pedacito" de mi. Gracias.
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